Mike Tyson y la UFC Mike Tyson, uno de los nombres más emblemáticos del boxeo mundial, nunca consideró competir en la UFC. La razón, según explicó el propio excampeón, fue estrictamente económica: las bolsas que recibía en el boxeo superaban ampliamente cualquier oferta que pudiera recibir en las artes marciales mixtas. “Cinco de los peleadores más grandes de la UFC juntos no igualarían mi paga. Yo quería ser el peleador más grande, con las bolsas más grandes, quería todo eso”, afirmó Tyson durante una conversación con el rapero Fat Joe. Para el púgil, su prioridad siempre fue alcanzar la cima en su disciplina y consolidar un legado que, a su juicio, trasciende cualquier comparación con otros deportes de combate. Diferencias salariales en la época dorada La diferencia salarial entre el boxeo y la UFC durante la época dorada de Tyson era abismal. Mientras el estadounidense acumulaba bolsas millonarias y se convertía en sinónimo de espectáculo global, los campeones de la UFC de finales de los 90 y principios de los 2000 —como Mark Coleman, Randy Couture o Andrei Arlovski— no se acercaban a esas cifras. Solo Conor McGregor, años después, logró aproximarse a los ingresos de Tyson. El boxeo, en ese entonces, ofrecía una plataforma mediática y económica inalcanzable para la UFC, lo que consolidó la decisión de Tyson de no abandonar el cuadrilátero. Recién tiempo después las disciplinas comenzaron a cruzarse con frecuencia. Oportunidades perdidas A pesar de su dominio en el boxeo, Tyson tuvo oportunidades para explorar cruces con figuras de las artes marciales mixtas. La más cercana fue una posible pelea contra Bob Sapp, que nunca llegó a concretarse. No obstante, su presencia en el universo UFC no se limitó a rumores: el excampeón apareció como personaje jugable en las ediciones recientes del videojuego UFC de EA Sports, un guiño a su influencia en el mundo de los deportes de combate.